Vivir en Cartagena es un lujo en muchos aspectos pero trabajar de una manera en la que sentimos que formamos parte de la construcción
de la ciudad es un auténtico
privilegio.

Crecer en Cartagena es enamorarse del mar, del olor a sal en el aire que entra por el puerto y necesitar acercarse a La Manga, Cabo de Palos o cualquier lugar de costa cuando luce el sol para cargarte de energía.

Pasear por Cartagena es enamorarse de la historia. Saber que formas partes de una línea temporal que se inició en el año 227 a.C. Andar entre piedras romanas, fortalezas, edificios de belleza histórica…

Vivir en Cartagena es respirar tradición y arte. Oír el pelico pelao y que se te erice la piel, que llegue Septiembre y pienses más en corazas que en la vuelta al trabajo, hacer del día de los museos una
fecha señalada con amigos, ver arte por las calles en Mayo, aprender a disfrutar del Jazz en octubre, abrir el verano disfrutando de músicas del mundo… y cada día sentirte parte de todo eso.

Como cartageneros conocemos perfectamente cada detalle de nuestra comarca y por ello nos emociona poder ayudar a otras personas a encontrar el lugar exacto de ella que se adapta a sus necesidades.

En enero de 2020, según el Ayuntamiento, Cartagena contaba con una población de 216.920 habitantes de los que más de un cuarto
residen en la ciudad de Cartagena.